Descubre cómo mejorar y calcular la Tasa de Eficiencia en simples pasos

Como profesional de Recursos Humanos, sabes lo importante que es garantizar una experiencia laboral positiva para tus colaboradores. Sin embargo, a veces enfrentas desafíos que van más allá de tus esfuerzos.

Algunas empresas se encuentran estancadas en tecnología obsoleta o en flujos de trabajo poco eficientes, sin mencionar a los empleados que podrían estar trabajando por debajo de su capacidad. ¿Te suena familiar? Es momento de cambiar eso.

Para que una empresa prospere, la eficiencia en el lugar de trabajo es fundamental. Saber medirla y diferenciarla de la productividad es clave en este proceso.

Entonces, ¿cómo definimos la eficiencia en el lugar de trabajo? 

Es importante entender que eficiencia y productividad son conceptos relacionados pero distintos. Mientras la productividad se trata de cuánto se produce en un tiempo determinado, la eficiencia se enfoca en trabajar de manera óptima, sin pérdida de tiempo ni esfuerzo.

Medir la eficiencia es esencial para evaluar el desempeño de tus colaboradores y, por ende, el de la empresa en su conjunto. Te permite identificar procesos que necesitan mejoras, tomar decisiones sobre contratación y despido, y ofrecer incentivos y capacitación donde sea necesario.

Si quiero medir si mi lugar de trabajo es eficiente, ¿cómo lo hago?

¿Alguna vez has escuchado sobre la proporción de productividad? Sirve para cuantificar todas las horas de trabajo y esfuerzo en una sola ecuación.

Primero, identifica la entrada (las horas de trabajo o el esfuerzo invertido en horas de capacitación), y luego identifica la salida (hablamos de la producción, los resultados concretos). Divides entrada por salida y ahí obtienes tu proporción de productividad.

Ahora, ¿cómo sabes si tu equipo está realmente trabajando a su capacidad máxima? Aquí es donde entra en juego la tasa de eficiencia.

Si tienes un equipo que empaqueta 70 pedidos por día, pero dos horas se pierden en tareas no relacionadas, quiere decir que no es 100% eficiente. 

Deberás calcular el tiempo útil (el turno programado) y restar lo que no suma (las horas no productivas). El resultado es la tasa de eficiencia. Así de simple.

Imagina a Ana, una trabajadora en una empresa de diseño gráfico. Ana tiene un turno de 9 horas cada día, pero dedica 3 horas a revisar sus redes sociales y a charlar con colegas, que no contribuyen directamente a su trabajo creativo.

Calculamos su eficiencia de la siguiente manera: Turno de 9 horas - 3 horas no productivas = 6 horas (66.67% eficiente)

Consejos para mejorar la tasa de eficiencia

• La primera recomendación es que conozcas muy bien a tu equipo y ajustes las tareas a las habilidades y características de cada colaborador. 
  
  
• Luego, simplifica las cosas. La comunicación clara y los procesos sencillos hacen maravillas. ¡No te pierdas en un vocabulario difícil de comprender!
  
  
• La formación es clave. No se trata solo de darles las herramientas, sino de ayudarles a crecer con ellas. ¡Un equipo bien formado es un equipo poderoso!
  
  
• No olvides el feedback. Utilízalo como un GPS para mejorar el rendimiento. Mantiene conversaciones, no monólogos.
  
  
• Y por último, pero no menos importante, ¡los incentivos! Reconoce el buen trabajo y verás cómo florecen los resultados. ¿Un almuerzo gratis, un bono? ¡Hazlo significativo para ellos!

Cuando las empresas se comprometen a maximizar la eficiencia de sus colaboradores, cosechan grandes resultados. Se generan ahorros de costos, se mejoran los resultados y se aumentan las ganancias comerciales.

Así que, impulsa la eficiencia en tu lugar de trabajo y lleva a tu equipo al siguiente nivel.

¡El éxito está a tu alcance! 

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